viernes, 20 de febrero de 2009

pisoteando al príncipe azul

ayer asistí a la dolorosa muerte del príncipe azul, en 8mm. he's just not that into you ("simplemente no te quiere", me parece una traducción no del todo justa) es definitivamente lo que tengo hace rato dando vueltas en la cabeza.
quizás todo esto es porque estoy en mi etapa de verano frívolo y estoy leyendo a bridget jones. el original, por cierto. o puede ser porque hace tiempo que vengo escuchando la queja universal: la culpa de la decepción es completa responsabilidad de los malditos cuentos de hada.
y estoy cada vez más de acuerdo. más allá de los clichés y de los planetas y todas las estupideces que se repiten como un mantra calmante, son los cuentos de hada los que nos metieron en la cabeza las historias perfectas, las mujeres sufrientes y los salvadores que les rehacen la vida. porque es verdad que nadie espera que llegue un príncipe en un caballo blanco (gracias Candy por adelantarnos el fin con la muerte de Anthony), pero es verdad que nos damos cuentas bien grandecitas de que la versión contemporánea del tipo en cuestión tampoco existe.
lo adolecemos todas. en cierto grado, sí. más escépticas, más duras, más defendidas o no, pero lo adolecemos. y no se trata de rendirse ante la des-graciada realidad sino que simplemente saber contra lo que estás peleando.
Snow White is doing dishes again, 'cause, what else could you do with 7 itty-bitty men?
Sara Bareilles, Fairytale




lunes, 2 de febrero de 2009

La (¿poco feliz?) categoría

He llegado a la conclusión de que todos los seres humanos pertenecemos a dos categorías... sí, esta es una distinción absolutamente subjetiva, no comprobable científicamente y ciertamente bien antojadiza... pero no lo son todas en un principio? Bueno, a lo que vamos, para mí todas las personas se pueden agrupar en una de las siguientes categorías: Las que sienten que le deben algo a la vida, y Las que sienten que la vida les debe algo.

Las primeras son aquellas personas que sienten que nada puede ser gratis, que lo que se consigue sin esfuerzo tiene poco valor, y que por cierto, nada dura para siempre… y eso las hace ser muy culposas (son los que parecieran estar siempre pidiendo perdón por tener lo que creen no merecer)... o muy agobiadas (son los que se desviven por conseguir todo con el "sudor de su frente", acumulando más que disfrutando).

El otro grupo de personas, a los que la vida les debe algo, sienten que todo lo que está ahí es obviamente suyo, y todo lo que no tienen probablemente debiera ser suyo, anyway. Esto puede llevarlas a ser muy egoístas (son los que no se cuestionan mucho las necesidades o deseos de los demás porque tienen el ticket premiado) o muy depresivos (son los que, al perder el ticket, pierden también la fe, se cuestionan lo injusta que es la vida con ellos).

¿Muy radical? Bueno sí… me podrán decir que probablemente todos los seres humanos más bien tenemos un poco de las dos categorías… y que, bueno, esta categorización es una forma bien injusta de ver a la raza humana. Pero, a ver… olvide el “tengo un poco de todo” porque es como decir no soy ni chicha ni limoná… y eso es peor… juéguesela… asuma su (¿poco feliz?) realidad… y trate de jugar un poco por el otro equipo… cómo sabe si luego las cosas le resultan más sabrosas.

¿Yo?, me gustaría decir que pertenezco al grupo luchador/culposo y probablemente en muchas cosas lo soy… pero a quién quiero engañar… lo que he obtenido, pues siempre lo he merecido… y cuando no lo tengo… termino resintiendo de esta (¿poco feliz?) realidad…