domingo, 21 de junio de 2009

Cómo frustrarse por un detergente

--Mamá, qué es frustración?, pregunta el niñito del comercial.
--Es cuando encuentro una mancha en la ropa limpia, (o algo así) contesta ella.
Y después alguien le recomienda a la madre usar el último de los detergentes con algún tipo de ingrediente supersónico que saca todas las manchas.
Y al otro lado de la pantalla, yo quedé horrorizada. Frustración, pensé furiosa, es ver prejuicios sexistas saliendo una y otra vez en la tele, como si nada. Tanta liberación y reliberación para nada.
Y no, no soy tan ingenua como para pensar que llegó el siglo XXI y la tecnología y se acabaron los estereotipos…
Hablando del tema, un amigo me dijo que lo que hacen los publicistas no es más que buscar el perfil del comprador. Ok. Y yo no creo que alguna vez, al menos en mi vida, el “rostro” de las marcas de detergentes llegue a ser un señor canoso y vestido de traje (a menos que sea para demostrar lo fácil que es lavar con el nuevo producto, a lo cual la señora del personaje agregaría: “y lucho cree que lava solo”). Ilusa no soy. Pero ¡gente, por favor! Cómo no pudo haber ni una sola mujer —y digo mujer porque al menos se podría haber sentido afectada— a quien le hiciera ruido la premisa de que una mujer tiene como concepto de frustración no más que el lavado de ropa. Frustración es una palabra fuerte, dura, marcadora.
El tema es que creo que los publicistas y todos los que trabajan (amos) en los medios, tienen una responsabilidad: parte de la pega influye en el imaginario colectivo. Y si todos nos llenamos la boca con la igualdad de género (y con qué sociedad tan avanzada la que estamos formando) entonces tratemos de ser menos básicos, tratemos de entender que cada cosa que se publica, cada cosa que se difunde, instala algo en el subconsciente de la sociedad en la que vivimos. Y seamos responsables, porque no cuesta nada condenar las situaciones de injusticia extrema (“apoyo el derecho a voto de la mujer” está un poco pasado de moda), pero cuesta mucho sacarse de la cabeza esos pequeños estereotipos que al final no nos hacen más que seguir pegados en una sociedad donde las mujeres (y sus voluntades) se frustran por un detergente.

Pd. Me encantaría decir cuál es el “detergente sexista”. Desgraciadamente, fue tanto el shock que ni siquiera registré la marca.

16 comentarios:

jambie.ja dijo...

¿Frustración? Frustación es cuando uno cree que lidera, aboga u opina en nombre de muchos y, sin embargo, se da cuenta que en realidad detrás no hay nadie que lo siga...

Detenerse en la reflexión de los prejuicios sexistas que aparecen en los medios masivos es sumergirse en el imaginario consciente o inconsciente de todos los que estamos consumiendo dicho medio. Y esto se inicia, sin darnos cuenta, desde nuestra más pueril formación. Definitivamente ahí radican la mayoría de nuestros prejuicios. Desde la mirada a la pobreza —y a su vez, esa manía de inculcar un miedo terrible a ella— hasta justamente el rol de la mujer y el del hombre. No me parece apropiado en esta ocasión desarrollar este punto, ya que me parece que tenemos el suficiente entendimiento y concenso en él. Sin embargo, creo que es importante detenerse en la idea generacional de la formación de nuevos seres humanos. Es decir, a nosotros, que estamos próximos a entrar al mundillo de la paternidad o maternidad, nos corresponde generar la revolución formativa de los juicios, y no de los prejuicios. Como sé que cuesta mucho sacarse los prejuicios —así lo he vivido— al menos no los proyectemos a nuestros hijos. Sin duda que es un trabajo muy fuerte. Y no es sólo, ojalá que sea en pareja. La pega formativa es de ambos. De esta menera, y con un trabajo generacional, definitivamente vamos a lograr un nuevo y revolucionario "perfil del comprador".

Por otro lado, intuyo que el publicista no es el gran culpable de esta idea de la "frustración" aplicada al lavado. Siempre detrás de un publicista existe un cliente. Como me decía un profesor de marketing hace ya varios años, cunado veía que todos reclamaban que la publicidad era mala, afirmaba: "los publicistas no son malos, son los clientes los malos". Y efectivamente, ahí radican la mayoría de los bodrios que hemos visto y escuchado. Como el perfil del consumidor así lo determina, se habla desde y para ese perfil. Toda idea distinta o revolucionaria no importa, NO VENDE. Ése es el objetivo de la publicidad, ése es el fin que persigue el cliente. Las ideas, los juicios, los prejuicios, la formación de valores, etcétera, le importan un verdadero carajo.

Eso más que nada...

j.

VictoriaMarch dijo...

gracias jambi.ja, me gusta que se arme debate.

y sí sí la vida del publicista es dura y los clientes son exigentes. pero decir que los clientes son los culpables es decir que la pega del publicista no sirve de nada. es la salida fácil. cierto, al final el cliente hace lo que quiere, pero la pega es hacer que elija algo que le proponen. y lo que proponen es lo que me quita el sueño.

Unknown dijo...

Momento, publicistas más, marketeros menos, la mujer chilena es quien ha tenido el rol de la limpieza desde siempre, ya no nos tocó ver ese cambio, si es que ocurre algún día. Entonces es la mujer quien compra estos productos, so, el blanco predilecto de estas campañas masivas. La publicidad estudia los arquetipos y se dirige a ellos con sus propios códigos, específicamente con los que hacen mayor sentido a sus consumidoras idóneas, no jóvenes profesionales exitosas (microscópico "otro" target). Particularmente para el caso de las chilenas, estudios sociológicos recientes han demostrado una directa relación entre la imagen de "buena madre" con la "limpieza perfecta", en especial con la que afecta a sus hijos. Un ejemplo de esto es el exitoso lanzamiento del "cloro-gel", una exagerada y obsesiva forma de limpiar lenta y concentradamente. Entonces, no me sorprendería si una madre de clase media-baja siente frustración si la ropa no queda "radiante", ya que esto involucra un seguro castigo social, sobre todo de sus pares mujeres. Por esto creo que es un fenómeno social, no sexista. El problema es que en esa realidad radica el 90% de la población femenina y quienes sustentan la industria de los detergentes. El otro 10% está preocupada por el brillo de su pelo. Eso me parece más frustrante.

VictoriaMarch dijo...

gracias también por comentar.

...aunque el comentario sea parte del por qué de mi pataleo. nadie discute que socialmente es la mujer la que compra el detergente. concedido, intento escoger bien mis batallas y por ahora, esa es una batalla perdida.
social y no sexista? me dolió. el brillo del pelo? peor. no crees que hay algo entre medio del lavado de ropa y el lavado de pelo?

lo que reclamo es que tiene que ver con la creación de una conciencia de oportunidades para todos: eso es FRUSTRACIÓN?? no puede ser. te aseguro que ninguna mujer tiene "una mancha en la ropa limpia" como primera línea (ni como la décima de 11) en el concepto de frustración. y la madre de clase media baja a la que apelas, te aseguro que no se frustra con las manchas, sino que con la falta de oportunidades, con la poca plata, con llevar la casa sola, con que no pueda darle todo lo que sus hijos se merecen. por eso me remeció el mentado comercial: simplemente elimina otra posibilidad de frustración. si es como dices, es peor de lo que me imaginé, no sólo es sexista. además es clasista. lo mío ahora es depresión.

(pd. por cierto, debe ser más frustrante para esa mujer de clase media baja ni siquiera poder comprar el famoso detergente. volví a ver el comercial y la marca... es demasiado cara)

franka_beat_. dijo...

Creo que el mundo de la publicidad es bien machista... y clasista y conservador. Pero creo que eso es básicamente porque Chile es un país machista, clasista y conservador. Lamentablemente, en este caso uno puede patalear porque uno culpa a una marca de vender una imagen que no es representativa... pero si esa imagen está en un medio de comunicación masiva... es porque es más la gente a la que representa que la que no... Como dice mi padre, la culpa no es del chancho si no de quien le da el afrecho (perdón por la comparación, amigos publicistas), y ahí está el problema.
Personalmente sí me dio mucha ira ver ese spot, ese como otros que también venden el sexismo, la discriminación de todo tipo, o el existismo vacuo (y eso incluye aquellos del brillo del pelo), no porque me moleste la imagen que el publicista vende, si no porque esa sea la imagen que el espectador quiere comprar... Eso si es frustrante...

jambie.ja dijo...

Qué ganas de ver el spot...

¿Alguien sabe qué marca es el detergente en cuestión?

VictoriaMarch dijo...

gracias a todos por los comentarios.

la reflexión de las explicaciones (amor, orgullo) me conmovió especialmente.
Quisiera destacar también que en un par de frases La Vitamina mostró que se puede ser creativo y encontrar otra solución (personalmente me gusta uno que dice "todo niño tiene derecho a ensuciarse").

amigo jambie.ja: buscamos el comercial pero no está en youtube. seguiremos buscando.
es de vanish, el mismo del poder O2. lo volví a ver esta mañana, lo dan insistentemente, tienen plata los fabricantes. seguro lo verás antes de que lo encontremos.

Anónimo dijo...

Eso que dices Bob, que “ya no nos tocó ese cambio” es harto dudoso, sino directamente errado. De hecho, creo que hay harta miopía en el comentario my friend… parece que faltan unos buenos anteojos y mirar un poco pal lado. Cerquita no más, no hay que irse tan lejos. Si lo haces, vas a ver algo tan distinto de eso que afirmas. Sí, los hombres ahora también lavan; están empezando a lavar.. Y ¡se agradece! Porque ahora nosotras también ganamos plata. Y me imagino que también ¡se agradece! (Excepto que se vea como amenaza… pero eso es otro tema.)

Apoyo lo que dices, Victoria. No entiendo mucho qué están haciendo algunos, además de vender. Pienso no solo en la burla hacia la mujer, sino en el enorme coletazo que esto implica para los hombres: hay tanto comercial de cervezas, de autos, de galletas… donde se esfuerzan por mostrar lo peor de la vida en pareja: el “más macho” es el que más se burla, el que arranca de su casa, el que descalifica a su mujer. El que dice la talla más hiriente, ese gana. Como una especie de competencia, igualito que los niños en el baño del colegio, solo que ahora el que lo tiene más grande es el que más se queja de su mujer. Ese es el “más” hombre (más? eso es posible?). Y mira lo que consiguen: que uno de mis amigos cercanos piense que las mujeres nos repartimos entre ese 10 y 90 por ciento. Pensar eso sí que debe ser frustrante… Gran revés del machismo.

Estoy altamente sensible a estos temas. Es que cada día me asombro más ante estos diversos “ismos y me impacto de ver con cuánta eficiencia nos separan, nos oponen. En lugar de construir, destruyen la posibilidad de relacionarnos. Por eso pienso que el machismo, sexismo, clasismo, racismo y todos los ismos en esa línea son, con todas sus letras, formas de violencia. A veces muy ruidosa, otras veces silenciosa e imperceptible, pero tenaz, efectiva, destructiva. Como las termitas. Es triste, es fuerte. Y encima aparecen estos comerciales, que a mi juicio contribuyen a validar y reforzar y perpetuar.

Me pregunto por qué tanta necesidad de atacar, de competir, de alejarnos, de oponernos. Categorizamos y clasificamos todo para inmediatamente jerarquizarlo, valorizarlo, cuantificarlo. Luego nos medimos en función de esas distancias y quedamos contentitos y con la frente en alto cuando esos números nos dicen que puntuamos por sobre. Es que claro, algo objetivo nos dice que somos mejores, que somos bacanes. Sólo que ese algo objetivo lo inventamos nosotros. Sospechoso, no? Pasado a inseguridad, no?

Unknown dijo...

Querida Angelisa, buscando un remedio para la miopía, seguí tu recomendación y empecé a mirar para el lado y tienes toda la razón, los hombres sí están lavando. Al menos encontré a uno: http://www.youtube.com/watch?v=thghnYD9Pm0 Por supuesto, se trata de una caricatura que representa otra fantasía femenina: que el hombre ayuda con la limpieza. ¿Habrá algo más machista que las mismas mujeres?
También he notado que las mujeres están trabajando, pero bastó que me pusiera anteojos nuevos para observar que nuestro Senado tuvo que promulgar una ley para que las mujeres ganen mismo que los hombres. Eso, no se ve cómo amenaza, más bien parece otra prueba de lo lejos que estamos de una verdadera evolución. Capaz que tengan que legislar para que los hombres laven, pero claro, eso sería absurdo, ya que los hombre están empezando a lavar. Efectivamente, cuando uno mira el pedacito de la sociedad en que vivimos podremos encontrar muchos hombres que lavan, pero se trata de una muestra “no” representativa.

La agresividad en tu discurso hacia los hombres, en el tono, los ejemplos que empleas y algunas trilladas comparaciones con “niñitos” hacen que esta conversación no construya nada en absoluto, y tenga que empezar con todo el sarcasmo que utilicé en el párrafo reciente. Verás, no creo que sea miope, de hecho no he descalificado la opinión de nadie, sólo traté de contribuir con la observación de un fenómeno social asociado a la limpieza. Veo que mucho caló mi comparación del 90-10 y lamento haber terminado así mi intervención, pues fue con lo único que se quedaron y desvió el debate hacia una declaración de género. Me pregunto porqué un obvia exageración dolerá tanto.

Bueno, no tengo nada más que aportar, simplemente quise defender mi punto de “vista” para no tener que ir al oculista. También me pregunto sobre la necesidad de atacar Elisa y de cómo nos separan los “ismos”. Lo curioso es cómo se nota que predomina el “idealismo” en tu discurso, no descartes debatir con un poco de “realismo”.

VictoriaMarch dijo...

y sí, efectivamente el debate se desvió, coincido con roberto_concha.
y también coincido en que somos las mujeres las que nos causamos más daño en este tema (justo ayer alguien me lo comentó a propósito de esta discusión). por eso es que me preguntaba (retóricamente) cómo es posible que a ni una sola mujer le haya hecho ruido el famoso comercial durante el proceso de creación/producción/etc. Pero sí, más machista que las mujeres son algunos hombres.
y no, la igualdad de género (a mí me gusta ponerle apellido y decir igualdad de género en las oportunidades)no es un tema resuelto. está muy lejos de resolverse. me da rabia que para acceder a los mismos sueldos haya que poner leyes, como tampoco me agrada que tengamos que discutir desde las trincheras de mi feminismo o de tu machismo o de mi crítica y tu defensa. como si no todos estuviéramos remando para el mismo lado: una sociedad más justa, menos desbalanceada en las oportunidades que todos merecemos y no todos accedemos.
el feminismo, entendido como la defensa ciega y a ultranza de una igualdad a secas, está pasado de moda. nadie espera que de un día para otro los roles cambien. sólo las que creemos en que todos merecemos las mismas oportunidades nos vemos golpeadas por cosas como el comercial, que no hacen más que reforzar una idea contra la que todos (incluídos hombres) debiéramos luchar: que algún día mi hijo no vea que la frustración/aspiraciones de su madre se acaban en un simple detergente. es un mensaje que no quiero dando vueltas en su imaginario.

Anónimo dijo...

Oh, no sé mucho qué decir. Quizás escribí mal... Esperaba ser irónica con la publicidad, con los mensajes que envían los medios… no agresiva con los hombres. De hecho, me refiero a dos o tres marcas en particular y mi intención fue describir lo que veo que dicen los comerciales, que sí creo que es agresivo… (donde sí se da que hay que arrancar de la casa, quejarse de la pareja… eso es innegable!!) Mi protesta va por el lado de como esto nos afecta a todos, a las relaciones.

Sí, me tomé de los porcentajes…. pero es que lo dejaste dando bote!! Al final yo me refiero a los ismos y entre ellos, al machismo. Cuando ya había posteado me di cuenta que faltó poner un ismo: el feminismo. Craso error, porque obviamente sesgó lo que intentaba decir. Feminismo extremo, está dentro de los ismos, creo que también nos puede separar y ser tan dañino como los otros ismos.

Bien lejos nos ha llevado un detergente... jeje.

jambie.ja dijo...

Creo que este intercambio de ideas, estas inquietudes, definitivamente las desarrollan una minoría.

Sí, somos una minoría los que queremos progresar como sociedad. Somos infinitamente un plurito los que nos "pajeamos" intentando resolver la coherencia entre la actitud y la conducta social.

Si lo llevásemos al plano político mi resumen -a propósito de la información CEP- sería el siguiente:

Gente que pretende que las cosas se conserven: 67%

Gente que pretende que las cosas progresen: 13%

Así es. Sospecho que relamente el "pueblo de Chile", aquel que trabaja como animal, llega a la casa a tomarse un copete (o se lo toma antes por ahí...) y a ver al Che Copete por televisión. Ése que está lleno de duedas y la señora le insiste en que tiene que acompañarla a la reunión de apoderados del liceo donde estudian sus hijos mientras intenta ver el resumen de los goles. Ése chileno, ésa chilena, que son la inmensa mayoría del país, no se cuestionan absolutamente nada respecto de los roles, de lo masculino, de lo femenino. Para ellos las cosas son "así no más". Así las vieron, así se formaron, así crecieron, y así formaron una familia donde el macho sale a trabajar y la señora lava ropa y ve la comida y las tareas de los niños...

En fin. La clave entonces está en acortar la brecha. Acercar realmente estos dos mundos: el alienado y el desalienado. Y por supuesto, como lo comenté anteriormente, las palabras clave son EDUCACIÓN y REVOLUCIÓN.

En un próximo posteo desarrollaré brevemente cómo creo se interrelacionan estos conceptos. Mientras tanto, intento comprender qué tan conservador soy, qué tan progresista soy...

Unknown dijo...

Excelente todo lo que se ha dicho, quedo feliz con todo lo expuesto, pero propongo seguir desde la "piscología", creo que sueno muy grave cuando me leo, mas no fue mi intención. Las(os) estimo mucho, gracias por el debate y felicidades por tan exitoso post a VictoriaMarch.

jambie.ja dijo...

roberto_concha:

1. No entiendo aquello de seguir desde la psicología. Por favor, desarrolla la idea.

2. No suenas muy grave, para nada. Desde mis discretos conocimientos de la pragmática del lenguaje -que estudia la intencionalidad comunicativa- sólo te puedo afirmar que el emisor siempre tiene, intencionado o no, un objetivo comunicacional. Las excusas son solo buena crianza -que por cierto agradezco.

3. Por supuesto que también te quiero mucho.

4. Espero el desarrollo del punto de vista !psicológico".

Unknown dijo...

Querido Jambie, paso a explicar

Pisco-logía o "Piscología", es lo que haremos mañana durante el poker, cuando discutamos de cualquier tópico, casi filosofando, pero siempre bajo la dulce influencia de una pisco-lita.

Salud

VictoriaMarch dijo...

una vez más gracias por el eco. hasta por las expresiones de amor. creo.
amigo roberto quisiera que más gente se diera el tiempo de reflexionar como lo has hecho, con la gravedad y todo eso que te autoreprochas. como dice el amigo jambie no es mucha la gente que lo hace. el detergente en cuestión lo demuestra.
yo me quedo feliz con haber posibilitado un debate como este. espero que no sea el último.

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