jueves, 26 de marzo de 2009

peatona furiosa (respuesta a "ciudadana furiosa")

A ver, en primer lugar mi parte subversiva-peatonal encuentra que ya está chata de escuchar a los pinches automovilistas lloriquear de que van a tener que ensuciar sus zapatitos tres o cuatro veces al mes por culpa de los niños que no pueden respirar este aire. Chata de que los más pudientes decidan, debido al gran sacrificio, ¡comprarse otro auto! para así no tener que salir de sus cápsulas motorizadas y de paso aumentar el ya reventado parque automotor. Chata porque esta sea una queja más que escuchamos de los automovilistas, junto con lo caro de la patente, el colmo de los partes, el tag, la bencina que sube... etc. Por qué si todo el resto de Santiago (aunque con tanto auto somos cada vez menos) nos movemos bien por otros medios, tenemos que desvivirnos por mantener felices a los mimados automovilistas...?

Esa es mi parte peatonal-subversiva... porque mi parte subversiva-engeneral piensa que efectivamente esta es solo una solución de parche... que aunque sí creo que hay demasiados autos en esta ciudad y que por un par de días al mes es bien sano que hayan un poco menos, esto sólo crea la ilusión de que el aire se está limpiando, porque aunque bajen los índices un día, al día siguiente, pues vuelven a subir... Los auto son sólo una parte del problema, los pesos pesados aquí son las gigantes industrias y las micros del año del loly, y aunque a ellos también se les "restringe", la bendita restricción no alivia el problema a largo plazo.

La verdadera revolución en el tema es demasiado grande para que un gobierno chileno esté dispuesto a ponersela en los hombros (ni siquiera uno encabezado por una "revolucionaria" socialista-separada-atea). La revolución pasa primero por educación... segundo, por medidas radicales y poco populares... (por qué no se limita el parque automotor de Santiago, catalítico o no, por qué no se obliga a las industrias a convertirse en verdes o no renovarles la patenete, por qué no se hace una real investigación-inversión en motores ecológicos...) y tercero... claro está, por un sistema de transporte público de verdad... que aunque yo soy de las dos o tres personas que aun le tienen fe al Transantiago... sé que está lejos, lejísimos, de un sistema real, eficiente y en el que den ganas de ensuciar nuestros zapatitos...

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